Profesional AGRO
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ANDRÉS DEL CAMPO

Presidente de FENACORE

El regadío en nuestro país supone casi el 15% de la superficie cultivable, en concreto 3,4 millones de hectáreas, que en los últimos años han afrontado un importante proceso de modernización. En este momento está inmerso en afrontar el reto que supone cuadrar el binomio agua-energía para logar que las explotaciones sean viables, tras los incrementos tarifarios de los últimos años.

En primer lugar me gustaría que nos hiciese un breve resumen de qué es FENACORE y cuáles son sus funciones principales.

FENACORE es una Asociación de Comunidades de Regantes sin ánimo de lucro que inició su actividad en 1955. Es representante oficial del regadío, tanto de aguas subterráneas como de aguas superficiales, ante el Ministerio correspondiente y tiene independencia política. Sus socios son Comunidades de Regantes, que a su vez están formadas por los propios agricultores. De esta manera más de 70% del regadío español está representado en FENACORE, puesto que las comunidades de regantes se asocian voluntariamente, no es obligatorio que se integren en FENACORE. Aunque las Comunidades más importantes sí están representadas y en su conjunto representan a más de 2 millones de hectáreas, teniendo en cuenta que hay mas de 1,5 millones de hectáreas que no están integrados en comunidades de regantes, sino que son regantes privados, quiere decir que en FENACORE está representado la práctica totalidad del regadío asociativo, algo que está aumentando. Tanto es así que hoy hay más de 7.200 comunidades de regantes en España.
Entre las funciones principales se encuentran defender y representar al regadío ante las instituciones. Por ley, somos órgano consultivo ante el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente desde 1970, para defender los intereses de los regantes y asesoran en materia de legislación. Pertenecemos también por ley el Consejo Nacional del Agua y uno de los fines que perseguimos es una acción coordinada para mejorar el conocimiento en materia de agua. También queremos mejorar la información en cuanto a captaciones y métodos de distribución, estadísticas de distribución del agua, mejorar el conocimiento y los métodos de riego de las comunidades de regantes. Siempre como una organización apolítica cuyo único objetivo es conseguir la mejor gestión del agua. Nosotros decimos que la peor contaminación que tiene el agua es a la contaminación política, puestos que si se utiliza para fines políticos lo único que genera son problemas.

Recientemente ha sido reelegido como presidente de FENACORE ¿Cuáles son sus principales objetivos para esta nueva etapa?

Entre los objetivos que tenemos marcados para esta nueva etapa está afrontar los problemas derivados del incremento de los costes energéticos, cuyos costes fijos han aumentado más de un 1.000% desde el año 2008. En este sentido estamos pidiendo soluciones que se adapten al carácter de uso temporal de la energía por parte de los regantes. No pedimos una subvención, sino pagar por la potencia realmente utilizada, en lugar de por la máxima contratada durante todo el año, con independencia de que se use o no. Lo único que se ha conseguido, gracias al Ministerio de Agricultura, han sido unas ayudas, pero esto no es la solución. Estas ayudas son una bonificación en el impuesto eléctrico de un 85% y una bonificación también para los regantes que están acogidos al régimen de módulos en su declaración de la renta (que son los más pequeños). Con esto hemos conseguido a nivel nacional rebajar el coste energético unos 55 millones para el sector. Por otro lado faltan alrededor de 1 millón de hectáreas por modernizar en nuestro país y tenemos que trabajar en este tema, puesto que en los proyectos de modernización futuros habrá que considerar no sólo el ahorro de agua sino también el de energía.

Para situar la importancia del regadío en la actividad agraria de nuestro país, me gustaría que nos ofreciese unos datos de sobre el mismo. De esta manera, del total de superficie agraria nacional ¿Cuántas hectáreas se cultivan bajo el régimen de regadío? ¿Cuáles son los principales cultivos que se explotan en regadío?

“EL CRITERIO ACTUAL ES POTENCIAR LOS REGADÍOS ATENDIENDO AL BINOMIO AGUA-ENERGÍA”

En España hay 50,5 millones de hectáreas, de las cuales 44,3 millones es superficie agraria. De ellas 18,8 millones es superficie forestal, 17,1 millones son cultivos y 8,4 millones son pastos. De la superficie de cultivo, 13,7 millones de hectáreas son de secano, mientras que 3,4 se explotan en regadío. De ellos, alrededor de 2,5 millones de hectáreas utilizan aguas de procedencia superficial y 0,9 millones riegan con aguas subterráneas.
En cuanto a cultivos, el más importante son los cereales, que representan el 27,81% del total de la superficie regada (1.200.740 ha), seguido del olivar con el 20,54% (740.511 ha) y del viñedo, con el 9,77% y 352.343 hectáreas. Posteriormente encontramos los cítricos con el 7,76% de la superficie regada (279.883 ha) y finalmente los frutales no cítricos, que ocupan el 7,54% del la superficie con 271.711 ha.

¿Qué cantidad de agua se usa para riego agrícola en nuestro país? ¿Cómo ha evolucionado su consumo en los últimos años?

Actualmente el consumo de agua es de unos 16.000 Hm3, según el INE, lo que supone una reducción de un 63% con respecto a hace unos años. Todo ello gracias a una inversión en moderización de unos 5.000 millones de euros.
Gracias al desarrollo del regadío fuimos capaces, en la década de los 80, de superar la situación de hambruna y escasez de alimentos, a ser exportadores de alimentos. Las Confederaciones Hidrográficas han permitido ese desarrollo y el desarrollo y gestión de los más de 1.300 embalses importantes que tenemos en nuestro país nos han permitido producir más y exportar alimentos. Si no existiesen obras de regulación en nuestro país apenas podríamos vivir 4 millones de habitantes, utilizando los ratios de consumo actuales, durante la época estival.

¿Cómo se estructura actualmente el regadío en nuestro país? ¿Quién tiene la competencia sobre la regulación y el uso del agua?

El regadío se configura a través de las Confederaciones Hidrográficas, que son organismos estatales y autónomos, pero dependientes del MAGRAMA. Por otro lado, las organizaciones de regantes tenemos carácter público y podemos considerar que somos el enlace entre las Confederaciones y el agricultor.

¿Cree que la gestión del agua que se lleva a cabo en nuestro país es correcta? ¿Sería necesario llevar a cabo una mayor regulación de las cuencas para lograr tener más recursos hídricos y así hacer frente a mayores superficies regables y mejoras en la producción? ¿Cómo debe llevarse a cabo esta regulación?

La gestión del agua en nuestro país ha sido modélica desde el punto de vista que está organizada en la gestión por cuencas y por tanto basadas en las Confederaciones Hidrográficas. Se puede considerar modélica porque la Normativa Marco en Europa obliga a todos los países miembro a gestionarse por cuencas, que es el modelo español. En cualquier caso es muy importante en este modelo que haya participación de los usuarios. El problema que estamos teniendo en nuestro país es el sentido localista que se está transmitiendo con respecto al agua, de manera que no se busca el interés público y común del agua sino el interés de la Comunidad Autónoma, lo que provoca conflictos. En nuestro país existen dos tipos de cuencas, intercomunitarias e intracomunitarias. En estas últimas toda la cuenca está dentro de una misma comunidad autónoma y por lo tanto su gestión depende en su totalidad de esa comunidad. En el caso de las primeras, que son la mayoría y las más importantes, transcurren por varias comunidades, por lo que dependen de la administración central. Esta administración central, aunque escuche a todo el mundo, tiene que tomar decisiones y en ocasiones “ser dura” para que el agua se pueda gestionar de una forma correcta.

¿Cuál es la posición del la Federación con respecto a la política de trasvases?

Al implicar a varias cuencas, la realización de trasvases va a ser cada vez más difícil, por la ya comentada contaminación política del agua. Desde FENACORE defendemos las obras de regulación de todo tipo, ya sea embalses o trasvases. Eso sí, siempre que superen los condicionantes sociales, ambientales y económicos. En general, estamos en el mundo de las redes y lo mismo tenemos carreteras que conducciones de gas o de luz, incluso internet, por qué no de agua, como ya hay en Europa, donde se está mucho más interconectado con los canales. Por qué no aplicar este modelo, con las precauciones debidas de tipo medioambiental en España. Por eso cualquier actuación que supere los condicionantes antes mencionados y que suponga poder llevar agua a cuencas deficitarias, como ocurre en el entorno del Mediterráneo, será positiva. Incluso con una mayor regulación de las cuencas se pueden paliar en gran medida los efectos negativos del cambio climático, que según los expertos producirá unas lluvias más torrenciales y periodos más amplios de sequía. Las cuencas que estén menos reguladas serán más sensibles a los efectos negativos del cambio climático. Vuelvo a mencionar aquí que si no fuese por la regulación en España en época estival no podríamos vivir más de 4 millones de habitantes, y estamos más de 70 millones, con la población flotante.

Actualmente está en marcha el segundo ciclo de la Planificación Hidrológica, que deberá estar concluido antes de que acabe el año ¿En qué punto de desarrollo se encuentra? ¿Cuáles son los principales objetivos que se pretenden lograr con esta planificación?

El 30 de junio ha finalizado la información pública de todos los planes de cuenca para que en el horizonte que va desde 2016 a 2021 se ejecuten. En septiembre, una vez atendidas las posible alegaciones, se convocarán las juntas de gobierno de las Confederaciones Hidrográficas y luego las Juntas del Agua de cada cuenca. De ahí toda la documentación pasa al Consejo Nacional del Agua que tiene que hacer un informe de todos los planes. Lo previsto es que antes de finales de año estén aprobados todos los planes de cuenca para que, posteriormente, según lo que nosotros consideramos, se lleve a cabo un Plan Hidrológico Nacional, que permita gestionar las demandas a nivel de cuenca desde donde haya agua sobrante hasta donde sea deficitaria. Esto se tiene que argumentar técnicamente y los planes hidrológicos son la herramienta para ello.

En cuanto a la situación del regadío en nuestro país ¿En qué nivel de desarrollo tecnológico se encuentra? ¿A qué altura está con respecto a la situación en el resto de Europa?

Actualmente el criterio de FENACORE es potenciar la modernización de regadíos con el criterio del binomio agua-energía. En nuestro país se ha hecho un esfuerzo muy grande en la modernización de regadíos, de manera que antes del año 2000 había más de 1,9 millones de hectáreas, lo que representaba el 59% del regadío español, que usaba sistemas de riego por gravedad o de superficie, unas 0,8 millones de hectáreas (24% del total) que usaban riego por aspersión y 0,5 millones de hectáreas (17%) con riego localizado o por goteo, todo ello con 3,34 millones de hectáreas regables. Hoy, en el año 2014, hemos pasado a tener 0,9 millones de hectáreas que se riegan por gravedad, un 27% de la superficie regable, frente al 59% de principios de siglo. La superficie regable por aspersión se mantiene en un 24%, con 0,8 millones de hectáreas y el riego localizado ha pasado a suponer el 49% del total regable, con 1,7 millones de hectáreas, todo ello con un total de 3,60 millones de hectáreas regables. Es decir, se ha pasado casi un millón de hectáreas de riego por gravedad a riego localizado. Sin embargo el problema está en que hemos pasado de unos riegos en los que la demanda energética era muy poca, a unos riegos muy eficientes pero con mucha más demanda de energía. Además, la primera fase del plan nacional de regadíos finalizó en 2008, justo cuando desaparecieron las tarifas específicas. Al cambiar estas tarifas e incrementarse los costes fijos ha hecho que los costes energéticos que nos hemos encontrado unos años después sean muy superiores a los previstos en los proyectos. De esta manera, alguno de los regadíos modernizados hoy no resultan rentables por los costes energéticos y ese es un problema que tenemos que solucionar.
Comparado con Europa, somos los primeros en porcentaje de riego localizado, pero no sólo de Europa, sino que prácticamente del mundo. Así en Grecia sólo tienen un 10% de riego localizado, en Italia un 21%, en Portugal un 32%. A nivel mundial hay menos de un 6% del total de hectáreas regables que tienen riego localizado, de manera que en EE.UU tienen un 7,4%, en la India un 3,1%, en China un 1,2%, y en Israel un 76%, pero sólo tienen 169.000 hectáreas. Por tanto en términos absolutos como relativos estamos entre los primeros del mundo.
Este esfuerzo ha supuesto entre 4.000 y 5.000 mill de euros entre inversión pública y privada. Por tanto la necesidad de lograr una flexibilización de las tarifas eléctricas es máxima para poder amortizar toda esta inversión.
Por otro lado, uno de los temas que más ha preocupado al sector en los últimos tiempos y por el que ha se ha trabajado mucho desde FENACORE ha sido el de las tarifas eléctricas ¿En qué punto se encuentra actualmente la legislación en este tema? ¿Creen que se podrá lograr un régimen especial para el regadío por parte del Gobierno?
Las dificultades son máximas para que se puedan hacer modificaciones en las tarifas eléctricas pero, si no hay una modificación en las tarifas, muchas de las zonas que están regando con riego modernizado tendrán que pasar a secano porque serán inviables.
Las soluciones que se han conseguido hasta el momento nos ayudan temporalmente, pero no es la solución del problema, puesto que únicamente pueden ayudar a compensar en algo la subida que hubo en 2014, de más del 1.000% que han subido los costes fijos y más del 100% los derivados del consumo. Este tema está pendiente y a pesar de que tenemos reuniones muy frecuentes con los ministerios de Industria y Agricultura, no tenemos ninguna información que nos lleve a pensar que pueda haber modificaciones a corto o medio plazo.
Desde FENACORE pedimos facturar por la potencia real registrada y por la potencia teórica contratada, de manera que si riegas pagas y si no riegas no pagas. Otra posible solución que proponemos es que se puedan hacer dos modificaciones en las tarifas al año, contratando la potencia máxima en los meses de riego y la mínima en los meses de no riego. Otra propuesta es la de hacer contratos de temporada, por los meses que dure el riego y también que se pueda aplicar un IVA reducido al regadío, como ya se está haciendo en Italia. El ministerio de Industria tiene que tomar conciencia de ello porque si no está en el aire la viabilidad de muchas explotaciones. Y esto no sólo tiene importancia para la producción de alimentos, sino también para asentar población en el medio rural. En estudios previos que se llevaron a cabo antes de iniciar los planes de modernización de regadío, en aquellos pueblos en los que más de la mitad de su término municipal era de regadío la población se había mantenido o había aumentado, mientras que en aquellos en los que no había regadío había disminuido en todos ellos.

Alguna de las soluciones que se han planteado en este tema es el de la compra en conjunto de energía ¿En qué consiste este proyecto y cómo está funcionando? ¿Qué otras medidas impulsan desde la Federación para hacer frente al incremento de las tarifas eléctricas?

La central de compras de energía ya está en funcionamiento y ya cuenta con más de 30 comunidades de regantes. Hay que tener en cuenta que los regantes consumimos más del 2% de la energía total del país, sólo por detrás de Adif, por lo que si nos agrupamos podemos conseguir buenos precios. No obstante, más del 70% del coste de la energía son costes fijos, por lo que cada vez hay menos dependencia de los variables. Hay una sobreprotección a la energía hidroeléctrica en nuestro país, y a las energías de generación tradicionales, que a su vez también perjudica otra de las soluciones propuestas, como es la generación de energía para autoconsumo. Sin embargo el borrador sobre energía renovable que tiene el ministerio de Industria penaliza la generación de energía renovable, el autoconsumo, lo que supone ir en contra de lo que está pasando a nivel mundial, por lo que pensamos que al final será la solución, porque no podemos ir todo el tiempo a contracorriente de lo que pasa en otros paí­ses. Sería posible hasta estudiar la posibilidad de que la energía que se inyecta en la red sea gratis, pero no que además tengas que pagar un impuesto por la energía que produces y autoconsumes.
Para demostrar la viabilidad de las energías renovables, vamos a montar varias estaciones elevadoras de más de 300 kW en España, Portugal, Marruecos e Italia a través de la Asociación Internacional EIC que engloba a los países de Europa y del norte de África. Con estas estaciones fotovoltaicas pretendemos ahorrar cerca de un 30% de energía.

La utilización de agua para usos agrarios no siempre está bien considerada, por los casos de sobreexplotación de ciertos acuíferos ¿Cómo se trabaja desde la asociación para paliar esta situación? ¿Qué medidas se aconsejan para evitar que se produzcan desequilibrios en el uso del agua?

Precisamente se ha hecho un esfuerzo muy fuerte en la modernización para que las explotaciones sean menos consumidoras de agua y, además, los datos que se manejan no son reales, puesto que en las Confederaciones en muchos casos el agua de regadío se obtiene por diferencia. Es decir, una vez contabilizado el agua para consumo, para industria, y para cualquier otro uso, el resto del embalse se considera para regadío, por lo que se están manejando datos brutos, es decir, la que se desembalsa, no la que le llega al agricultor. De esta manera el agricultor asume todas las pérdidas, no solo las que se escapan por el canal, sino también las de evaporación. Por eso las cifras son tan dispares, porque no son consumos reales. Si realmente el agricultor contase con la cantidad que corresponda según el cultivo, sería suficiente, pero no de forma bruta contando con todas las pérdidas que se han producido por el camino.

Si quiere añadir algo más...

Dos ideas claras, que la modernización futura del regadío ha de estar basado en el binomio agua-energía, puesto que tanto el agua como la energía van a ser factores limitantes. Por ello la generación de energía para autoconsumo va a ser de vital importancia para reducir la dependencia de los costes de la energía en los mercados internacionales y aprovechar los recursos naturales de los que disponemos.
Por otro lado, las administraciones no pueden olvidar que para que el agua se distribuya con eficiencia y persiguiendo el bien común, se tiene que despolitizar. La contaminación política del agua es el mayor perjuicio que se está haciendo a los usuarios a todos los niveles, tanto usuarios de riego como usuarios particulares. No podemos permitir que el agua deje de ser un bien de interés general para que pase a ser un bien de interés localista. El agua no es del que la tiene más cerca, sino que es un bien de interés general.

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