Profesional AGRO - Madrid 4/10/2022
En los pasados dÃas y semanas, tratando de adquirir conocimientos sobre la sementera y la importancia de elegir el tempero adecuado, sin prisas que pudieran derivar en problemas de germinación, hemos acudido a varias demostraciones sobre el sistema de siembra directa. En ellas hemos tomado datos que seguramente la mayor parte de nuestros lectores los dominan con solvencia pero que quizás, algún lector pueda obtener de ellos alguna recomendación provechosa.
La falta de lluvias ha obligado a los agricultores a recolectar, según productos, antes de las fechas previstas, incluso se han encontrado con unos campos totalmente secos, cuarteados y sin vida natural. Aún asà se ha procedido a efectuar diversas pruebas.
Hemos acudido a explotaciones agrÃcolas de amigos agricultores, concretamente de la provincia de Madrid, ellos mantienen siembras de distintos cereales (normalmente trigo, cebada, centeno, avena, etc.), siempre sobre tierras de secano, por lo que su rendimiento final depende y mucho de las precipitaciones de lluvia y la evolución de las plantas por su alta sensibilidad al calor y a la humedad.
La siembra directa en tierras de secano, nos citan, es mucho más efectiva hidrológicamente según el tipo suelos, sobre todo en suelos con elevado porcentaje de arcilla, siendo más recomendable que el laboreo tradicional y, por supuesto, con una asegurada bajada de los costes inmediatos, tanto a corto, medio y largo plazo.
Carlos, de la localidad madrileña de Valdemoro, nos dice que no debemos olvidar que la siembra directa es la base de una agricultura de conservación.
También hablamos con Juan, comercial de una firma de productos quÃmicos para la agricultura en general, indicándonos que la utilización de herbicidas desecantes, no contaminantes, sabiendo que se trata de un herbicida de contacto y que actúa con mucha rapidez, es muy recomendable antes de comenzar la siembra, pero lo mejor es informarnos al respecto siempre a través de profesionales.
El control de malezas y de los restos del cultivo que antecede a la siembra es muy necesario, sobre todo para evitar que la nueva siembra compita por la humedad de la tierra con una gran diversidad de plantas no deseadas, que perjudicarÃan enormemente la nueva siembra realizada.
Nos confirman que la retención de humedad es superior en la siembra directa, aunque nos citan que al producirse una pluviometrÃa elevada, el poder de absorción de las parcelas sembradas mediante la siembra directa suele ser inferior al de las tierras aradas mediante procedimientos de vertedera, pudiendo producirse encharcamientos, siendo este dato de máxima importancia el tenerlo presente y actuar en forma y manera adecuada.
En la siembra directa también influye y mucho la profesional elección del tipo de semillas, teniendo en cuenta la pluviometrÃa media de la zona, incluso la planicie de la finca y sus posibilidades de drenaje. La variación de ciclos y la escasez hÃdrica debe ser compensada por la experiencia, dentro de unos parámetros asumibles para poder practicarlos.
La elección de las semillas y el estudio de su ciclo de crecimiento, debe ir parejo a la experiencia sobre la pluviometrÃa del lugar, sabiendo que difÃcilmente puede ser exacto entre campaña y campaña, pero debemos aproximarnos a los años repetitivos, algo que suele ocurrir según zonas. Este tema es muy importante por ello insistimos.
Actualmente, en nuestro mercado la oferta de sembradoras de siembra directa es muy variada, incluso hay fabricantes especÃficos para atender unas zonas con caracterÃsticas muy concretas. En estos casos, incluso se incluyen diversos sistemas de regulación y adaptación particulares o de petición por parte del cliente.
Tenemos muchos más datos pero debido a nuestro espacio lo dejaremos en este punto, incluso podrÃamos confeccionar algún otro artÃculo para completar el inicio de este interesante tema.
Por supuesto siempre que demos por terminada la siembra directa, nuestra sembradora debe ser limpiada a fondo de acuerdo con lo expuesto en el manual de instrucciones entregado por el fabricante, sin omitir engrasar las partes que lo precisen, incluso dar aceite o grasa a las partes que nos recomienden.
Todo desgaste anormal en cualquier elemento, debe ser corregido y cambiado en el momento lÃmite que pudiera perjudicar su efectividad de trabajo.
En la zona dónde nos hemos desplazado hemos encontrado agricultores equipados con sembradoras para siembra directa arrastradas por potentes tractores con potencias entre los 130/260 CV. Estos tractores están equipados con cambios infinitamente variables, tripuntales de alta capacidad de elevación, mandos a distancia diversos con caudal variable, toma de fuerza de varias velocidades y sistemas eléctricos de control por pantalla sobre la sembradora arrastrada… Además de cámaras de vigilancia operativa, localizador GPS que informa del posicionamiento, navegación y cronometrÃa, etc.
En la labor de siembra nos fijamos en distintas pasadas sobre un campo sembrado anteriormente de girasol y vemos la fácil adaptación de la sembradora al terreno, limitándose a trabajar una parte de la tierra donde se van distribuyendo las semillas, partiendo de un surco adaptado a las caracterÃsticas de las semillas a depositar, dentro de una distancia y profundidad preestablecida.
La denominada bota de siembra es una pieza fundamental para realizar una siembra rentable y efectiva, pues su misión es adecuar el lecho donde las semillas germinarán más adelante, por ello su importancia, precisando una vigilancia continuada en su desgaste.
El material y forma de la bota de siembra debe estar debidamente estudiada, pues su trabajo lo realiza en presencia de residuos de anteriores recolecciones y sobre un terreno normalmente compactado. Todo ello influye y mucho sobre la buena labor, admitiendo una velocidad adecuada y proporcional, evitando posibles cuadros denominados blancos o improductivos.
La situación actual de toda explotación agrÃcola y ganadera, obliga al titular a mantener un libro especÃfico sobre su explotación, tanto a nivel de una parcela concreta como del resto de las parcelas en producción, donde se reflejen los gastos derivados de los productos y caracterÃsticas a sembrar, maquinaria empleada, tratamientos, amortización o alquiler de las parcelas, impuestos, mano de obra, seguros, recolección, etc.
La exacta y concreta definición de un sistema controlado de gastos, le permitirá concretar su posible rentabilidad y la deseada viabilidad económica al vender los productos recolectados.
Más aún cuando comprobamos que en esta campaña se está cosechando maÃz 2 meses antes de lo normal, el fruto de las olivas se encuentra mermado, incluso inexistente, la uva abrasada por las altas temperaturas, etc. Un año para no recordar, agravado con la subida en los costos de producción y no compensado, según casos, con los importes de venta a los intermediarios.
Agradecemos el asesoramiento que nos han facilitado, incluso al permitirnos comprobar cada trabajo, regulaciones prácticas y explicaciones puntuales a nuestras preguntas, muchas veces repetitivas.
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